El miércoles 22 de marzo, salimos
de excursión por la mañana para visitar los Refugios de la Guerra Civil.
La visita guiada duró una hora y
cuarto, aproximadamente. Escuchamos testimonios
de almerienses que vivieron en primera persona esta cruel guerra, aprendimos cómo
utilizaban los refugios para resguardarse de los bombardeos...Además, recorriendo los pasillos de los refugios, vivimos en primera persona la
sensación de estar bajo tierra en un espacio tan reducido.
La ciudad de Almería sufrió
52 bombardeos por aire y mar, con un total de 754 bombas caídas durante
la Guerra Civil Española. Desamparados por la falta de defensa aérea o naval, la ciudad organiza su "defensa pasiva": la construcción de unos refugios subterráneos, con más de 4 kilómetros
de longitud en total y capacidad para albergar a unos 40.000 habitantes.
Fueron diseñados por el arquitecto local Guillermo Langle Rubio, con la ayuda de los ingenieros Carlos Fernández Celaya y José Fornieles; y se acabarán convirtiendo en referencia a nivel europeo por su singularidad, importancia y buen estado de conservación.
Fueron diseñados por el arquitecto local Guillermo Langle Rubio, con la ayuda de los ingenieros Carlos Fernández Celaya y José Fornieles; y se acabarán convirtiendo en referencia a nivel europeo por su singularidad, importancia y buen estado de conservación.
En
1937 comienza su construcción que finalizará a los 16 meses, un tiempo récord.
Existían numerosas entradas al
refugio repartidas por la ciudad, 67 concretamente, pero también había entradas
privadas a los mismos refugios. Están construidos a una profundidad media de 9
metros bajo la superficie, con las secciones más bajas incluso bajo el
nivel del mar, por lo que hay algunas paredes en las que se observan las
filtraciones con salitre. Existen galerías para refugiarse, de
dos metros de anchura y con bancos corridos a los laterales; y galerías de
conexión, que eran más estrechas. También hay un quirófano con sala de espera y un almacén de comida.
Al concluir el recorrido, en la
plaza Pablo Cazard aprovechamos para visitar la Escuela de Artes y Oficios,
edificio ecléctico con rasgos clasicistas y neogóticos que data de la segunda
mitad del siglo XIX y parte del XX, antiguo convento de Santo Domingo. Pudimos ver expuestos los diferentes trabajos de los estudiantes de la escuela.
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