martes, 25 de noviembre de 2014

25 DE NOVIEMBRE DÍA CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO



REFLEXIÓN SOBRE EL AMOR.


Muchas son las historias de amor contadas a través de los tiempos. Cuando hablamos de amor romántico a todos nos viene a la cabeza el típico amor imposible, desgarrador, plagado de infortunios. 
Hoy vamos a desbancar las creencias en torno al amor romántico. 

Este amor romántico nos hace pensar que el término de una relación implica fracaso, cuando puede suponer otra oportunidad, avance, desarrollo,…,que no es amor si no duele y estas son, entre otras, creencias comunes en la sociedad occidental, ideas compartidas que nutren la industria del cine, la televisión e inundan el mundo de la canción.

Si esta idealización del amor romántico se une a la elección de personas difíciles, agresivas,…, pueden aparecer situaciones que sustenten la violencia de género. En las victimas puede darse esta idea de amor romántico, un amor que lucha contra viento y marea,…, la idea de que todo cambiará. 

La adopción de cierto lenguaje implica y favorece el desarrollo de ciertos sentimientos: “mi vida ha sido una larga espera para encontrarte”, “no puedo vivir sin ti”, “sin ti no soy nada”, “pasión que aísla del mundo”, “quemadura suave”, “te quiero más que a mi vida”, “mátame de pena pero quiéreme”. Todos ellos ejemplos de un lenguaje que acompaña a este tipo de relaciones.

En muchos de estos mensajes se confunde el amor con la relación posesiva, los celos infundados,…
Las características de Eros o amor pasional serían las siguientes: es pasional, sensual, romántico, caracterizado por una pasión irresistible, con sentimientos intensos, intimidad, fuerte atracción física. La persona  que desarrolla este estilo de amor lo valora mucho pero no está obsesionada por él ni presiona a su pareja hacia la intensidad sino que permite que las cosas se vayan desarrollando  entre ellas. La característica de las personas que desarrollan este estilo amoroso es la autoconfianza y alta autoestima. 

El amor no es posesión, el amor es libertad. Aceptar que esa persona es un yo independiente, que tiene su vida fuera de la nuestra, que tiene inquietudes y amistades. Y que nosotras también. Hay un amor por encima de la invasión de la persona. Hay un amor que nace de la libertad y la igualdad. Ese el único amor que merece la pena: el que no te limita.



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